La primera ley de inteligencia artificial del mundo

Por Mariano Eiben –

La inteligencia artificial es parte de nuestras vidas desde hace décadas, incluso antes de que lo supiéramos. El boom que ha tenido en los últimos años con avances extraordinarios, tanto para lo bueno como para lo malo, y los horizontes que se expanden en el futuro a corto plazo ha llevado a los organismos de Europa a actuar para lograr el mejor uso posible de esta herramienta que ya está transformando nuestro día a día.

El Parlamento Europeo ha ratificado la primera ley de inteligencia artificial del mundo que, si bien deberá ser refrendada por el Consejo de la Unión Europea antes de su entrada en vigor previsiblemente en el 2026, ya es un avance en ese sentido. «Celebro el abrumador apoyo a nuestra ley, la primera norma global y vinculante del mundo para una inteligencia artificial confiable», declaró tras la votación el comisario europeo de Mercado Interior e impulsor de la iniciativa, Thierry Breton, quien añadió que «Europa es ahora un referente mundial en inteligencia artificial. Estamos regulando lo menos posible, pero todo lo necesario”.

Con 523 votos a favor, 46 en contra y 49 abstenciones, la Eurocámara ha avalado así el acuerdo que a finales del año pasado cerró un grupo de representantes de las tres instituciones comunitarias y que requería aún el visto bueno del pleno del Parlamento Europeo. La normativa permite o prohíbe el uso de esta tecnología en función del riesgo que suponga para los ciudadanos y, con ella, se pretende dar ejemplo al resto del mundo e impulsar a la industria europea frente a Estados Unidos y China.

En líneas generales, la ley prohíbe la vigilancia masiva en espacios públicos, pero permite que las fuerzas de seguridad puedan emplear cámaras de identificación biométrica con previa autorización judicial para prevenir una amenaza terrorista; También para localizar o identificar a una persona que haya cometido delitos de terrorismo, tráfico de personas, explotación sexual o un crimen medioambiental.

Otro punto es que se establecen obligaciones para los sistemas en los que se basan programas como ChatGPT, de la empresa OpenAI, o Bard de Google. Estos tendrán que especificar si un texto, una canción o una fotografía se ha generado a través de la inteligencia artificial y garantizar que los datos que se han empleado para entrenar a los sistemas respeten los derechos de autor. A las empresas se las puede multar con sumas que van desde los 35 millones de euros hasta el 7% de su facturación.

Además, se identifica a sistemas de alto riesgo que solo se podrán comercializar si sus desarrolladores garantizan que respetan derechos fundamentales. Entran en esta categoría los que puedan influir en el resultado de elecciones o los que empleen las entidades financieras para evaluar la solvencia de los clientes.

La normativa ha recorrido un largo camino desde la primera propuesta que se realizó en el 2021. El planteamiento de la ley se basa en impulsar la excelencia y la innovación tecnológica mientras asegura la protección de los derechos humanos. Al tratarse de la primera propuesta legislativa sobre IA del mundo, se aspira a que se convierta en referente internacional.

Fuente: Publicado en Nuevo Mundo, edición 886 del 13 de marzo de 2024