Il prete rosso

Por José Domingo Petracchini (*) –

Hasta el más alejado del mundo de la llamada “música clásica”, aunque no la haya escuchado jamás, seguramente sintió hablar de Las cuatro estaciones de Vivaldi. Su autor, Antonio Lucio Vivaldi (1678- 1741), era conocido como Il prete rosso (el sacerdote rojo), porque era sacerdote y, obviamente, pelirrojo. Vivaldi compuso mucho más que Las cuatro estaciones. Sus obras son más de 700, entre los que se encuentran más de cuatrocientos conciertos para distintos instrumentos, cantatas, oratorios, óperas, etc.

La música de Vivaldi, para quienes nos deleitamos con ella, es inconfundible. Claro que no faltan los detractores que dicen que eso se debe a que compuso una sola obra y setecientas variaciones. No estoy para nada de acuerdo con eso. Para los avezados en el mundo de la música clásica, también son inconfundibles las obras de Bach, de Beethoven o de Tchaikovski, por citar algunos autores.

Revisemos entonces la historia del compositor. A pesar de su apodo, ejerció solamente un año como clérigo. Nacido en la, entonces, “República de Venecia”, según la leyenda no confirmada, el día de su nacimiento hubo un gran terremoto por lo que su madre lo hizo bautizar de inmediato y le prometió a Dios que se consagraría sacerdote. A los 15 años lo envió al Seminario.

Mientras tanto, su padre, Giovanni Battista, lo había iniciado en las artes musicales destacándose en la ejecución del violín. Se ordenó a los 25 años y, solamente un año después, fue dispensado de oficiar la Misa debido a su precaria salud, pues padecía de angina de pecho. Inmediatamente fue nombrado maestro de violín en el Ospedale della Pietá, en Venecia, cargo que mantuvo durante treinta años, tiempo en que escribió la mayoría de sus obras. En este orfanato, a los niños se les ensañaba un oficio hasta los quince años. A las niñas, además, se les enseñaba música y, las más talentosas, formaban parte de la orquesta y el coro. Con estos elencos Vivaldi interpretaba sus obras.

¿Cuál es la importancia musical de Vivaldi? Para empezar, su música influyó notablemente en el genial Juan Sebastián Bach. El compositor y crítico musical estadounidense, Jan Swafford, dice al respecto: «Bach estudió cuidadosamente a Vivaldi, y sospecho que aprendió muchísimo de él: intención, franqueza y energía rítmica». Por otra parte, desarrolló el concierto (abreviatura de concierto per soli), es decir composiciones para uno o más instrumentos solistas acompañados por una orquesta. Además, desarrolló la música programática (música que evoca ideas e imágenes en la mente del oyente). Hay vestigios desde el Renacimiento, como la Batalla de Marignan de Janequin, pero su apogeo fue durante el romanticismo. Las cuatro Estaciones, (que son cuatro conciertos para violín, de tres movimientos cada uno), describe, entre otras cosas, el viento, la lluvia, el caer de la nieve, el canto de los pájaros, etc., y están basados en textos del mismo autor. También tuvo tiempo para escribir y montar distintas óperas. Escuchemos algunas de sus obras.

GLORIA RV589. Vivaldi escribió tres glorias diferentes, pero este es el más conocido. Es la oración que se reza en todas las Misas, pero el texto está musicalizado por fragmentos. Estos son: 1) Gloria in excelsis Deo (Coro), 2) Et in terra pax hominibus (Coro), 3) Laudamus te (Sopranos I y II), 4) Gratias agimus tibi (Coro), 5) Propter magnam gloriam (Coro), 6) Domine Deus (Soprano), 7) Domine Fili Unigenite (Coro), 8) Domine Deus, Agnus Dei (Contralto y coro), 9) Qui tollis peccata mundi (Coro), 10) Qui sedes ad dexteram Patris (Contralto), 11) Quoniam tu solus sanctus (Coro), 12) Cum Sancto Spiritu [allegro] (Coro).

Concierto para violín en la menor RV 356. 1) Allegro 2) Adagio 3) Allegro

Concierto para laúd RV93

Nota: RV significa Ryom Verzeichnis (Catálogo Ryom), elaborado por el musicólogo danés Peter Ryom en 1973.

(*) Director del Coro Vocacional

Fuente: Publicado en Nuevo Mundo, edición 844 del 30 de noviembre de 2023