• 27/04/2024
  • 9 de minutos de lectura

El sentido de la comunicación

El sentido de la comunicación

Por Julio Conte-Grand (*) –


Es conocido el relato parabólico de Soren Kierkegaard sobre el payaso y la aldea en llamas.

Harvey Cox lo expone sintética y claramente (La ciudad secular, Barcelona 1968, pág. 269, citada por Joseph Ratzinger, Introducción al Cristianismo, Ediciones Sígueme, Salamanca 2005, pág. 39):

“Se cuenta que en Dinamarca un circo fue presa de las llamas. Entonces, el director del circo mandó a un payaso, que ya estaba listo para actuar, a la aldea vecina para pedir auxilio, ya que había peligro de que las llamas llegasen hasta la aldea, arrasando a su paso los campos secos y toda la cosecha. El payaso corrió a la aldea y pidió a los vecinos que fueran lo más rápido posible hacia el circo que se estaba quemando para ayudar a apagar el fuego. Pero los vecinos creyeron que se trataba de un magnífico truco para que asistiesen los más posibles a la función; aplaudían y hasta lloraban de risa. Pero al payaso le daban más ganas de llorar que de reír; en vano trató de persuadirlos y de explicarles que no se trababa de un truco ni de una broma, que la cosa iba muy en serio y que el circo se estaba quemando de verdad. Cuanto más suplicaba, más se reía la gente, pues los aldeanos creían que estaba haciendo su papel de maravilla, hasta que por fin las llamas llegaron a la aldea. Y claro, la ayuda llegó demasiado tarde y tanto el circo como la aldea fueron pasto de las llamas”.   

Joseph Ratzinger destacó que este relato de Harvey Cox servía para ilustrar la situación de los teólogos modernos. En rigor, es un instrumento discursivo –el de la historia del payaso y el incendio- con gran efecto pedagógico, muy útil para describir las consecuencias de una situación de inhabilidad comunicacional.

No se trata sólo de expresarse. Hay que ponderar el momento y el contexto, el o los interlocutores, comprender las cualidades de aquel a quien se dirige el mensaje, el lenguaje a utilizar, y hasta el ropaje –en sentido figurado- de quien se expresa.

El mejor de los mensajes puede frustrarse si no se considera oportunamente esos extremos.

Kierkegaard cuestiona a los filósofos por esto, Ratzinger advierte a los teólogos. Sin dudas podemos afirmar asimismo que el lenguaje claro y la aptitud comunicacional en general, son aspectos esenciales en el Derecho.

En el Diccionario de la Real Academia se refieren varias acepciones del término “comunicación”: 1. Acción y efecto de comunicar o comunicarse; 2 Trato, correspondencia entre dos o más personas; 3. Transmisión de señales mediante un código común al emisor y al receptor; 4. Unión que se establece entre ciertas cosas, tales como mares, pueblos, casas o habitaciones, mediante pasos, crujías, escaleras, vías, canales, cables y otros recursos; 5. Medio que permite que haya comunicación (unión) entre ciertas cosas; 6. Papel escrito en el que se comunica algo oficialmente; 7. Escrito sobre un tema determinado que el autor presenta a un congreso o reunión de especialistas para su conocimiento y discusión; 8. Petición del parecer por parte de la persona que habla a aquella o aquellas a quienes se dirige, amigas o contrarias, manifestándose convencida de que no puede ser distinto del suyo propio; 9. Correos, telégrafos, teléfonos, etc.

Parece oportuno rescatar tres de estas acepciones, ciertamente vinculadas entre sí; el trato o correspondencia que existe entre dos personas, la transmisión de señales mediante un código común al emisor y al receptor, y la idea de unión.

Ligando estas ideas, bien puede decirse que cuando dos personas se comunican, se materializa una transmisión de mensajes mediante un código común entre un emisor y un receptor, que explicita una relación unitiva entre ellas.

La comunicación, por tanto, excede el hecho de la emisión y recepción de uno o más mensajes. El uso de códigos comunes presupone la existencia de una identidad y anticipa, aún en el disenso, alguna dimensión unitiva. 

Herbert Marshall McLuhan, fue un especialista en comunicación de nacionalidad canadiense, que aportó a la teoría de la comunicación con la incorporación de conceptos fundamentales para su desarrollo y consolidación. En ese sentido se lo considera uno de los fundadores del estudio sistemático de los medios de comunicación, y de los principios y contenidos de la sociedad de la información. McLuhan acuñó el término «aldea global» para describir la interconexión humana a escala global generada por los medios electrónicos de comunicación.

En su obra “La Galaxia Gutenberg” (Marshall McLuhan, “La Galaxia Gutenberg. Génesis del homo typographicus”, Galaxia Gutenberg – Círculo de Lectores, Primera Edición Barcelona, 1998) describió al lenguaje como una “expresión de ideas y sentimientos” y, con cita de Leslie A. Write (“The Science of Culture”, pág. 240) destacó que el hablar es un instrumento que “hizo posible al hombre la acumulación de experiencia y conocimientos, y facilitó su transmisión y máximo empleo posible”.

El lenguaje, en cualquiera de sus modalidades, instrumento para la comunicación, trasciende el hecho formal de la simbología, y del intercambio puntual; posee un valor inestimable para la transmisión de conocimientos que permite el avance de los saberes y las ciencias y perfecciona el ámbito social en sus diversas dimensiones.

Es famosa la frase de McLuhan «el medio es el mensaje».​

La hizo pública en su libro Understanding Media: The Extensions of Man (Comprender los medios de comunicación: Las extensiones del ser humano), publicado en 1963. ​

Postuló así que debía ponerse el foco en el medio de comunicación en sí mismo, que no era un instrumento o soporte neutral del mensaje y de la comunicación. 

En efecto, el medio o canal de comunicación precede al contenido. La primera aproximación al contenido es el medio que lo contiene. 

En consecuencia, un adecuado plan de comunicación debe evaluar seriamente las cualidades de los medios que se utilizarán para emitir y transportar los mensajes, en tanto el contenido del mensaje seguramente habrá de desmerecerse si el medio asignado no es el adecuado. Pero no perder de vista que, al fin y al cabo, el mensaje está en su contenido.


(*) Procurador General de la Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires

Fuente: Publicado en Nuevo Mundoedición 915 del viernes 26 de abril de 2024

Noticias Relacionadas

La comunicación en el Derecho

La comunicación en el Derecho

Por Julio Conte-Grand (*) – En el ámbito del Derecho, el diálogo, como manifestación de la…
El tratamiento legal de las vacaciones no gozadas

El tratamiento legal de las vacaciones no gozadas

Por Julio Conte-Grand (*) – En el sistema jurídico argentino el descanso anual del trabajador constituye…
¿Es constitucional la imposibilidad de recurrir un veredicto de no culpabilidad emitido por un jurado popular?

¿Es constitucional la imposibilidad de recurrir un veredicto de no culpabilidad emitido por un jurado popular?

Por Julio Conte-Grand (*) – El sistema de juicio por jurados rige en la provincia de…