• 07/03/2024
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Por una defensa apta o la vulnerabilidad absoluta

Por una defensa apta o la vulnerabilidad absoluta

Por Mariano Eiben –

Desde el inicio de la invasión rusa a Ucrania, Europa vive en un estado de tensión casi olvidado, algo que no ocurría desde la Guerra Fría. Combates, avances, retrocesos, negociaciones, adhesiones a la OTAN, sanciones económicas y toda la parafernalia propia de un conflicto de esta magnitud.

En un nuevo intento por una actuación coordinada ante el avance ruso, la Comisión Europea ha propuesto impulsar su industria de defensa al incrementar su gasto, la producción mediante compras conjuntas de varios Estados miembros y la aplicación de ventajas fiscales como la exención del IVA para quienes aumenten su arsenal defensivo.

La financiación, de 1.500 millones de euros, procederá del presupuesto de la Unión Europea y se aplicará entre 2025 y 2027; además, junto al estímulo industrial, se ha estudiado aplicar incentivos para fomentar inversiones colaborativas de los Estados europeos haciendo foco en el desarrollo de equipamiento militar.

El objetivo es mejorar la preparación de la Unión Europea ante amenazas externas, por eso la Comisión ha presentado dicha iniciativa a través de dos nuevos instrumentos: una Estrategia Industrial Europea de Defensa (EDIS) y un Programa Europeo Industrial de Defensa (EDIP).

«Como respuesta a la agresión de Rusia contra Ucrania, la Unión Europea debe impulsar sus capacidades defensivas, desplazándose de un estado de emergencia a una estrategia planificada que haga nuestra industria de defensa más fuerte y capaz de garantizar nuestra seguridad colectiva», ha señalado el representante para Asuntos Exteriores y Seguridad, Josep Borrell.

El programa invita a los Estados a adquirir al menos el 40% de su equipo de defensa de forma conjunta para 2030, así como que el comercio intraeuropeo en ese sector represente el 35%. Si bien las medidas no serán vinculantes, si contarán con los beneficios antedichos.

La Comisión ha recalcado también las palabras pronunciadas días atrás por su presidenta, Ursula Von der Leyen, al proponer el uso de una parte de los activos rusos congelados para financiar las compras de armas para ayudar a Ucrania. Von der Leyen ya adelantó que la estrategia europea para el futuro próximo pasaría por priorizar la compra conjunta de material militar, «tal y como se ha hecho con éxito con las vacunas o la compra de gas.»

La medida no es una novedad en el marco de seguridad de la UE, ya que la organización no ha dejado de incrementar su presupuesto desde el inicio de la invasión rusa en febrero del 2022. En dicho año, el Fondo Europeo de Defensa invirtió 1.900 millones de euros exclusivamente en la industria armamentística.

La Unión Europea también está mirando con preocupación las elecciones presidenciales estadounidenses de noviembre. Donald Trump, que ya tuvo una relación tumultuosa con Europa durante su gobierno, declaró en un mitin en Carolina del Sur que no protegería a un país de la OTAN de una invasión rusa si dicho país no dedicaba al menos un 2% de su PIB en defensa.

Es cierto que los países de la UE se han mostrado cada vez más proclives a promover iniciativas propias de defensa que les evite depender en exceso de Estados Unidos. Lo que se quiere dejar en claro es que la propuesta actual no es para adquirir armas, sino para mejorar la base industrial y tecnológica de defensa.


Fuente: Publicado en Nuevo Mundoedición 881 del 6 de marzo de 2024

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