Por María Eugenia Gutiérrez (*) –

Estimular el espíritu emprendedor resulta fundamental para que los estudiantes desarrollen la creatividad, el asertividad, la confianza y el pensamiento positivo. También mejora la capacidad para resolver conflictos, tomar decisiones, asumir riesgos, proponer y potenciar ideas, sentirse escuchados, luchar por sus sueños y competir, brindando confianza en lo que será el futuro laboral. De esta manera al terminar la Educación secundaria obligatoria contarán con herramientas claves para elaborar y desarrollar proyectos o alguna iniciativa de interés.

Tomamos un concepto para comprender su significado e importancia: El emprendimiento hace referencia a la actitud y aptitud para llevar a cabo un proyecto a través de ideas y oportunidades y afrontando las adversidades. El término se usa, sobre todo, en economía, en la que un emprendimiento es una iniciativa que asume un riesgo económico con la finalidad de aprovechar una oportunidad del mercado.

Alentar el emprendimiento a cualquier edad escolar es importante para desarrollar autonomía y superación ante la vida en un mundo sumamente competitivo, por lo que resulta importante que en la legislación educativa se mencione al espíritu emprendedor como una competencia clave que debe integrarse en el currículum y trabajarse con el paso de los años.

Si bien los estudiantes pueden tener cualidades para convertirse en grandes emprendedores, gran parte de las cualidades son adquiridas, siendo algunas actitudes de las personas emprendedoras las siguientes: la iniciativa, la creatividad, la confianza, la responsabilidad y la pasión. Los educadores debemos dar el ejemplo y así poder enseñar y contagiar en su desarrollo, dando las oportunidades necesarias para tomar decisiones con base a sus necesidades, aprenden más de sus equivocaciones y aprenden a valorar las consecuencias de sus actos.

El espíritu emprendedor se puede impulsar a través de la creación de entornos de aprendizajes innovadores con juegos o actividades grupales, reforzando la autoestima, enseñando al alumno que puede conseguir lo que se propone con esfuerzo y dedicación, convencidos que el error y el fracaso no son derrotas y que la actitud positiva es muy importante, dejando decidir a los estudiantes para que puedan afrontar las consecuencias en cada proyecto planteado, valorando como una herramienta necesaria la comunicación fluida con sus compañeros, punto clave para el éxito del emprendimiento y por último ayudando a los alumnos a descubrirse en sus gustos y fortalezas.

Recordamos que ser creativo implica pensar diferente y ser innovador implica arriesgarse y llevar las ideas a la práctica, por lo que el hecho de formar jóvenes más activos, capaces de crear proyectos y llevarlos a cabo, no solo beneficia su propio éxito, sino también ayuda a crear una sociedad más emprendedora e innovadora.

Fuente: La Importancia del Emprendimiento en la Educación, Juan Fernandez Agallas y suerte, Anthony Tjan.


(*) Docente, exsecretariade Educación

Fuente: Nuevo Mundo, edición 779 del 28 de agosto de 2023