A pocos meses del cambio en las gestiones educativas

Por María Eugenia Gutiérrez (*) –

A pocos meses de renovar la administración escolar y de realizar un balance de las medidas implementadas junto al impacto real en la Educación, no tenemos más que pensar en transiciones ordenadas, con suficiente información que permita la toma de decisiones acertadas y lo que siempre mencionamos, programas a corto, mediano y largo plazo, según su nivel de premura y de posibilidad de concreción.

El compromiso debe estar dirigido a proyectos sólidos de capacitación docente en cuanto a temas transcendentales que la sociedad y la realidad demandan para intervenir en el aula como acoso escolar, educación sexual, habilidades digitales, educación inclusiva, equidad de género, cultura de paz, y otros, que tanta falta hace en las escuelas.

Si se pretende un sistema potente en desarrollo, se debe re pensar y trabajar nuevamente los mecanismos de Evaluación del Sistema Educativo con objetivos transparentes que permitan evaluar las condiciones reales de la Educación. La implementación de nuevos Concursos de Acenso a cargos Directivos y de Supervisión de Antecedentes y Méritos, de nuevos criterios y requisitos en la Validez de Títulos en relación a los acuerdos curriculares, nuevas orientaciones curriculares integrando capacidades profesionales con contenidos que son centrales en la formación y dispositivos propios del ejercicio docente con una mirada integral de la formación.

La garantía de las condiciones institucionales de calidad a través de una planificación del Sistema que permita mayor eficiencia en la asignación de recursos y mejora en las condiciones materiales de las escuelas.

Lo anterior, son tan sólo datos que debemos analizar a meses de que concluya el actual gobierno, y hacer lo posible por hacerlo recapacitar respecto a las promesas ofrecidas y sus resultados.

Resulta prioritario repensar la educación y esbozar ideas para un proyecto que refuerce la propuesta educativa actual, pero esta vez, con un toque moderno y en concordancia con lo que la actualidad nos marca, que ponga por lo menos en la ruta internacional a la educación y al magisterio, a favor de las nuevas generaciones.

Será momento de balances con metodologías profundos que deban ser planteadas desde el principio para tener las líneas de base con las que poder ver el contraste, ya que no puede pensarse la política educativa sin contar con la información. Estas políticas deben traducirse en mejores aprendizajes, menos desigualdad, mayor equidad y con acciones potentes para evitar el abandono, promoviendo la retención, sin olvidarnos de los numerosos niños y jóvenes que hay que incluir ya que no están escolarizados.

Los gobiernos deben entender que la educación es un derecho y hay que recalcarlo con toda contundencia y valor de garantía. No nos educamos solamente para ser más productivos, sino que también, y, sobre todo, para ser mejores personas. Parece obvio, pero se nos estaba olvidando. Es necesario hacer explícita la voluntad de construir un nuevo proyecto educativo que aporte a la transformación social. La educación es la condición que hace posible cualquier cambio.

(*) Docente, exsecretaria de Educación

Fuente: Nuevo Mundo, edición 745 del 10 de julio de 2023