La prioridad de la Educación en los cambios políticos

Por María Eugenia (*) –

En los tiempos pre electorales, la Educación debe ser un eje en cuanto a las propuestas de los candidatos en un país con un 40% de pobreza que afecta a familias viviendo en precarias condiciones, con miles de niños en situación de vulnerabilidad y pobreza.

Un relevamiento realizado por el Observatorio Argentinos por la Educación expone que la gestión de los Ministros de Educación de las Provincias permanece en el cargo en promedio tres años en la administración, no llegando muchas veces a terminar con el periodo de cuatro años acompañando a los Gobiernos provinciales.

Sabemos que los cambios en Educación no suceden de un día para otro; bajo estas dos, es necesario pensar en la continuidad de las políticas educativas elaboradas a mediano y largo plazo, trabajar en base a los procesos de transición dinámica que permita concretar los objetivos de acciones encaminadas. La alternancia de autoridades educativas puede producir un impacto negativo en la aplicación de estrategias, ya que hay un nexo con “la estabilidad y la extensión de las políticas públicas en materia de educación”. Si bien la permanencia no implica la eficacia, los mandatos breves o interrumpidos por distintas situaciones obstruyen el normal desarrollo de las acciones, cambios y propuestas de relevancia que caracterizan a la gestión, poniendo en juego el compromiso sostenido con la infancia.

Definir las problemáticas e incorporarlas en la agenda de decisiones son elementos principales que permitirán el equilibrio en las políticas educativas. Es por lo antes dicho que el gran desafío de los próximos meses será apuntalar la voluntad política de los gobiernos y la inversión que corresponda a las infancias, recordando los avances logrados y no caer en retrocesos.

Es importante que los nuevos gobiernos ratifiquen su compromiso por la primera infancia y den continuidad a los programas ya ejecutados, convirtiendo diferentes programas en políticas de estado, regulando sistemas de desarrollo infantil que puedan esforzarse por resolver los problemas de los más vulnerables, mejorando las debilidades educativas.

Los ejes a tener en cuenta, que debieran ser trabajados con diversas organizaciones de la sociedad civil, ya sean gremiales, académicas o empresariales, también implicados en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) son, en líneas generales:  trabajar en los enfoques educativos centrados en el mejoramiento de los aprendizajes,  propiciar el uso intensivo de la tecnología, disminuir los problemas acumulados en la infraestructura de las escuelas, contar con un programa de actualización y formación de profesores, lograr que las escuelas tengan planes de desarrollo para mejorar su funcionamiento, fortalecer los mecanismos de cooperación entre las instituciones, equidad e Inclusión,  vinculación de la educación con el mercado laboral, y  trabajar en la mejora administrativa de los Ministerios de Educación.

El desafío de nuestros futuros gobiernos es comprometerse, no ir a ciegas y como pueblo confiamos que priorizarán la Educación.

(*) Docente, exsecretaria de Educación

Fuente: Nuevo Mundo, edición 804 del 2 de octubre