Mociones de censura por aquí y por allá

Nuevas protestas y mociones de censura en Francia contra la reforma de pensiones.

Por Mariano Eiben

España y Francia, dos de las economías más importantes de Europa, viven esta semana momentos de tensión e inestabilidad política. Es que los partidos opositores han impulsado una «moción de censura» contra el presidente de turno. Este mecanismo constitucional es el equivalente al juicio político de Argentina donde, de aprobarse, el presidente es depuesto y asume el cargo la persona que lleva a cabo la acusación. Para la victoria se exige la mayoría absoluta del congreso.

En el ámbito español, el partido de ultraderecha Vox fue el encargado de llevar adelante la moción pese a las críticas del resto del arco opositor, ya que se sabía de antemano que iba a fracasar y que, en vez de debilitar a la coalición de gobierno que lo tiene difícil de cara a las elecciones de fin de año, la fortalecerá.

Dicho y hecho, la moción contra el socialista Pedro Sánchez fue rechazada al obtener solo 53 votos contra 201 del oficialismo, más 91 abstenciones del Partido Popular. Las mencionadas críticas a los impulsores de la moción que estaba destinada a fracasar han sido acompañadas también por críticas al presidente del gobierno que, más que defenderse de las acusaciones y responder a las preguntas, utilizó la oportunidad para lanzar su campaña personal con la que aspira a la reelección. El calendario electoral español marca elecciones autonómicas y municipales en mayo, más las posibles presidenciales a fin de año.

Se trata de la séptima moción de censura que se da en España desde el retorno a la democracia, de las que solo ha triunfado la que presentó el actual presidente Sánchez a Mariano Rajoy.

Por el lado de Francia, quien está en la mira con una popularidad más que baja es Emmanuel Macron. La moción de censura pretendía tumbar la polémica reforma de pensiones que fue aprobada por decreto, sin voto de la Asamblea. Se habían presentado dos mociones y una de ellas logró 278 votos, quedando solo a 9 de lograr la mayoría necesaria.

Esta controvertida ley pretende elevar la edad de jubilación de los 62 años actuales a los 64 y adelantar la exigencia de aportar 43 años a 2027. Según sondeos, la ley tiene a 7 de cada 10 franceses en contra y a casi todo el arco parlamentario, tras dos meses de protestas y ocho jornadas de huelga general. El ambiente es tenso y ha habido varias jornadas de violencia, protestas, destrozos y detenciones en puntos importantes del país como París, Burdeos y Marsella. Tanto la izquierda como la derecha han anunciado que recurrirán al Consejo Constitucional. La moción presentada por el grupo nacionalista de Marine Le Pen no sumaba respaldo suficiente y obtuvo 94 votos. La del grupo Liot, apoyada por la izquierda, fue la más cercana.

Macron se enfrenta a la mayor crisis social desde los chalecos amarillos, el movimiento de protesta que marcó su primer mandato. Fue reelegido hace un año y todavía le quedan cuatro más de este segundo, también marcado por el descontento social que lo acusa de autoritario y de estar alejado de la opinión pública.

Con fuertes intenciones de seguir adelante, no se ve una resolución del conflicto a corto plazo y el llamamiento a huelga general continúa.

Fuente: Nuevo Mundo, edición 674 del 22 de marzo de 2023