Teresa Torralva: “El uso desmedido de redes sociales puede terminar en ansiedad o depresión”

La presidenta y directora ejecutiva de la Fundación Ineco afirmó en diálogo con DE SOBREMESA que “si bien no podemos negar la era digital debemos volver a priorizar las relaciones interpersonales”.

La presidenta y directora ejecutiva de la Fundación INECO, se refirió, en diálogo con DE SOBREMESA, a la necesidad de gestionar la utilización de las redes sociales ya que su uso desmedido impacta en la salud emocional y la autoestima.

“Los niveles de angustia y depresión se relacionan con la utilización de las redes sociales, pero no de manera lineal, se trata de un proceso más complejo. Nosotros hemos hecho encuestas y hemos publicado reportes demostrado que los niveles de ansiedad y depresión, en adolescentes y personas mayores en el inicio de la pandemia y sobre el final, fue elevado y uno de los factores fueron las redes sociales. Las redes sociales son necesarias, casi vitales, son una forma de socialización y dependiendo del grupo de pares, de si se es adolescente o adulto será la vinculación. Es cierto que es más exacerbado en los adolescentes, especialmente lo fue en pandemia, y debemos preguntarnos cuánto de dañino es para la salud mental y emocional”.

Consultada sobre si el reconocimiento obtenido en redes es el mismo que el cara a cara, la profesional explicó que “Las redes sociales se utilizan como medio para pertenecer, para contar con aprobaciones, con reconocimiento de los pares y eso se ve a través de los likes y si bien no es lo mismo que el reconocimiento que se realiza en la vida real en nuestros cerebros las redes que se activan con los likes son las mismas que cuando se hace un reconocimiento en vivo. Lo que se activa son las áreas que tienen que ver con las gratificaciones, cuando sentimos placer se activa esa área del cerebro que es la misma que se activa con la ingesta del alcohol y las drogas. Se genera una sensación de placer inmediato y por eso surgen las adicciones claro que no ocurre en todas las personas. Se trata de un nuevo fenómeno que se denomina FOMO que es el miedo a estar perdiéndome de algo y se relaciona también con la NOMOFOBIA que es la fobia a no tener acceso al teléfono ya sea porque se cayeron las redes o me quedé sin batería. Esta sensación de estar perdiéndome cosas entonces se vuelve una distracción cognitiva porque no todo lo que brilla es oro. Es un fenómeno complejo pero real y muy importante de mirar”.

La adaptación de nuestro cerebro

Torralva explicó que “no hay manera de categorizar qué red social es más adictiva que otra, lo que si hay es una segmentación por edades, algunas provocan más interés en los jóvenes y otras en los más adultos. La adicción, siempre en el sentido de estar constantemente conectado porque de lo contrario uno se siente mal, no tiene tanto que ver con la red social sino con cómo es la vinculación con ella”. Por otra parte, señaló que “hoy, para todos, el formato de cómo incorporamos información está cambiando y el cerebro se adapta, tiene neuroplasticidad, se adapta a los cambios. Hoy, por ejemplo, tengo que tener muchísimos recursos para obtener la atención ya sea en adolescentes o adultos incluso. Ahora requerimos de recursos más agiles porque nuestro cerebro está acostumbrado a recibir estos estímulos más cortos y que entran por distintos sentidos sensoriales. Lo interesante es que el cerebro se adapta a lo que más usamos, como ahora la modalidad es más instantánea y corta nuestro cerebro está más acostumbrado a eso”.

Una realidad que no es real

Con respecto a las consecuencias de enfrentar una seudo realidad en redes sociales y que lo que encuentre no me agrade la profesional explicó que “nuestros estudios dan cuenta de que las personas que más horas utilizan las redes sociales pueden presentar niveles de ansiedad y depresión. No todo el mundo que utiliza redes sociales sufre un impacto negativo, pero hay un grupo de personas que al utilizar las redes sociales de manera desmedida terminan con síntomas de ansiedad y depresión. Para poder resolver esto tenemos que comprender que el uso excesivo impacta en nuestra salud emocional y nuestra autoestima porque se genera una distorsión cognitiva que me hace entender que todo es divino y mejor de lo que me pasa en la vida real y eso afecta. Es importante la gestión del uso de redes y tiene que ver con disminuir su utilización”.

“Las emociones son contagiosas a nivel personal y se trasladan a las redes sociales, la emoción que es una señal de alerta para saber que nos está sucediendo pueden llevar a un contagio general y en las redes sociales esto puede suceder a través de personas que se ocupan de ir contaminando con emociones que son de valencia muy negativas”, señaló Torralva para explicar cómo influyen estas redes en el humor social general. En el mismo sentido consideró que lo importante es “reforzar la idea del contacto humano que es mucho más importante que el contacto vía redes sociales, debemos entender que es importante demorar en las respuestas, no estar siempre pendiente del celular, qué es más importante la conversación en tiempo real que la virtual porque se pierde todo lo que tiene que ver con las relaciones interpersonales humanas”.

“No podemos negar la era digital, al contrario, debemos integrarla, pero debemos priorizar la importancia de las relaciones interpersonales”, finalizó la neurocientífica.