Nuevo capítulo del viejo drama migratorio

  Por Mariano Eiben

En un año que, con tan poco tiempo discurrido, apunta a obtener el triste récord de muertes de migrantes en el mar mediterráneo, al menos 64 personas fallecieron y 80 fueron rescatadas después de que naufragara en la costa italiana de Calabria una embarcación en la que más de 200 migrantes llevaban cuatro días viajando desde Turquía. Todas las personas eran menores de 30 años y provenían de Irán, Pakistán y Afganistán.

Los cuerpos de los migrantes, entre los que había un recién nacido y 12 menores de edad, terminaron esparcidos a lo largo de varios kilómetros en la costa; y no se descarta que el número de muertos continúe subiendo, ya que hasta el momento hay decenas de desaparecidos. Los sobrevivientes declararon que el motor de la embarcación que, como ocurre en estos casos, es bastante precaria, estalló durante la noche. Las autoridades italianas conocían la existencia de esta embarcación desde el sábado, cuando fueron alertadas por un helicóptero que patrullaba la zona.

Las autoridades sostuvieron que «es indispensable que la Unión Europea asuma finalmente la responsabilidad de gobernar el fenómeno migratorio para liberarlo de los traficantes de seres humanos.» Esto es en razón de la detención de tres personas, dos de origen paquistaní y una turca, bajo la acusación de tráfico de personas. El gobierno italiano tiene una mirada dura hacia la inmigración, y ha restringido las actividades de las ONGs que rescatan a personas en el Mediterráneo; no solo eso, el parlamento ha aprobado una medida para multar con €50.000 a las organizaciones que prestan esa ayuda humanitaria.

El accionar del gobierno ha sido duramente criticado por sus pares de bloque, ya que conocía la existencia de la embarcación y, por cuestiones climáticas desfavorables, cesó en su intención de interceptarla. Solo cuando comenzaron a llegar llamadas de personas en tierra alertando de una embarcación que estaba en llamas a pocos metros de la costa, se iniciaron los protocolos de emergencia.

El proyecto Migrantes Desaparecidos de la ONU ha registrado más de 20.000 muertes y desapariciones en el mar Mediterráneo desde el 2014, lo que la convierte en la ruta migratoria más peligrosa del mundo. El Consejo Europeo extraordinario celebrado en Bruselas concluyó con acuerdos que contemplan acelerar los procedimientos de devolución de migrantes irregulares y la movilización de más fondos para reforzar las fronteras de los Estados miembros más afectados por los flujos migratorios. Actualmente solo el 21% de las órdenes de expulsión son ejecutadas: en 2021, solo 70.490 ciudadanos fueron devueltos a sus países de origen del total de 340.515 órdenes de retorno.

En el último tiempo, Europa ha tenido un gran flujo migratorio. Las desigualdades que causó la pandemia llevaron a que mucha gente de países latinoamericanos se lanzara a probar suerte en el viejo continente; a eso se le suma el drama de los migrantes de países africanos que arriesgan su vida en barcas en pésimas condiciones; y en el último año, la guerra de Rusia y Ucrania ha provocado la huida de cuatro millones de ucranianos. Este número seguramente subirá mientras continúe el conflicto.


Fuente: Nuevo Mundo, edición 659 del 1 de marzo de 2023