Una elección sorpresiva

Por Juan Carlos Bataller –

Esta foto de Diario de Cuyo, tomada el 30 de octubre de 1983 muestra el momento en el que César Gioja y Leopoldo Bravo se saludan luego de votar tras diez años de gobiernos militares.

Esos diez años habían sido muy distintos para los protagonistas de esta fotografía.

César, tras ser presidente de la bancada justicialista en el periodo 1973/77 había conocido la cárcel durante el proceso militar.

Leopoldo, tras ser senador nacional en ese periodo, había sido designado primero embajador en la URSS, luego en Italia y finalmente gobernador de facto.

Tras intentar infructuosamente conformar una alianza con la Unión Cívica Radical Bravo se presentó acompañado por el médico Jorge Raúl Ruiz Aguilar, con el único apoyo del Partido Bloquista y su adhesión a la candidatura de Alfonsín.

Gioja rehuyó formar un frente y encabezó la fórmula del Partido Justicialista acompañado por una figura muy prestigiosa, Pablo Ramella.

Para cualquier analista era fácil prever el triunfo de Gioja ya que Bravo asumía el costo de haber sido protagonista de un proceso militar acusado de vulnerar derechos humanos, perder una guerra y dejar una economía maltrecha.

Contra todo pronóstico el triunfo de Bravo fue total.

La fórmula Leopoldo Bravo-Jorge Ruiz Aguilar (PB) obtuvo 97.043 votos, César Gioja – Pablo Ramella (PJ) lograron sólo 73.351 y el binomio Carlos Alonso – Antonio de la Torre a pesar de representar a la UCR que consagró a Raúl Alfonsín presidente, quedaba tercera con 51.987 votos.

Bravo no sólo ganó las elecciones, sino que su partido obtuvo 26 de las 30 bancas en juego.

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Fuente: Nuevo Mundo, edición 761 del 1 de agosto de 2023