- 04/11/2024
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…ni se le ocurra
Por Gustavo Ruckschloss –
Interrumpir la conversación de dos mujeres es suicida. Es como cruzar la calle sin mirar. Pocas cosas son más riesgosas. Si se llevan bien y están de acuerdo con un tema, es como si estuvieran soldadas entre sí. Y si no se llevan bien con el tema o entre ellas, es diferentemente riesgoso. Alguna esquirla o palabrota puede alcanzar al arriesgado interruptor.
Al respecto, hay una tradición italiana que dice que tres mujeres y una cebolla, hacen una feria, un mercado, según sea el lugar o la época. Es decir que si las mujeres en sí, son difíciles, juntas y hablando pueden constituir lo inimaginable. Pueden ser un excelso foro científico o de pensamiento o estar preparando la venganza contra Putín. Pueden estar pensando cómo ayudar al prójimo…y hacerlo.
No hay imaginación que las limite.
Creo que ni Champollión, que descifró los jeroglíficos egipcios, puede entender el sistema de interactuar entre ellas. Y es universal, porque sea donde sea, ellas se entienden entre sí de manera automática.
La diferencia entre idiomas, es problema de los demás.
Ellas superan cualquier obstáculo con tal de «comunicarse».
Esta singularidad tiene un único condicionamiento y es: » si ellas quieren».
Porque más de una vez alguna de ellas quiso y la otra no; no hubo ni siquiera una mínima respuesta. Menos si hubo algún indicio o atisbo de algo desconfiable. Su olfato dictó sentencia: NO. Es decir, como todo en ellas.
Fuente: Publicado en La Pericana, edición 418 del 3 de noviembre de 2024