Julio Conte Grand: “El problema del narcotráfico es cuando el Estado está dentro”

El procurador general de la Corte de Buenos Aires estuvo en DE SOBREMESA y se refirió a la realidad de la Justicia. Habló del modelo institucional que nos rige desde años y el peligro latente del narcotráfico.

“En la provincia de Buenos Aires el Ministerio Público integra el Poder Judicial, nosotros somos integrantes del Poder Judicial, sistema similar al de San Juan, ante la convocatoria de los ministros de la Corte emitimos dictámenes que no son vinculantes en todos los recursos extraordinarios de inconstitucionalidad o nulidad que se presentan en los trámites de materia penales y extra penales tenemos la competencia amplia y a su vez hay otra singularidad del ministerio público cuya cabeza es el procurador general y es que las tres áreas de gestión concurren dentro del Ministerio Público y  esto no sucede en general me refiero al Ministerio Público Fiscal. De la defensa del Ministerio Público tutelar que engloba los asesores de niños niñas y adolescentes y los curadores de las personas que tienen alguna restricción por razones de salud mental ese Ministerio Público es del punto de vista cuantitativo un tercio del Poder Judicial en la provincia tenemos 8.700 personas entre magistrados funcionarios y empleados y abarcamos la competencia en todo el territorio de la provincia que es tremendamente extenso por supuesto pero el dato más significativo a mi juicio no es la extensión sino la heterogeneidad, la provincia de Buenos Aires es una provincia absolutamente, heterogénea, nosotros lo vemos en los mapas de delitos”, explicó el magistrado respecto de su jurisdicción.

En relación al mismo tema señaló que “cuando diseñamos una política criminal o decidimos una orden de política para el Departamento Judicial, uno de 20, no podemos hacer un solo diseño, sino que hay que hacer tres distintos. Quiero decir con esto que la heterogeneidad es un dato apasionante porque nos obliga a una dinámica de cambio constante, gráfica la dificultad y es una tarea que es una tarea de enorme magnitud”.

¿Cómo se hace para que ese Poder Judicial no solo se base en criterios jurídicos sino también en la organización del Estado?

El diseño institucional que rige en la Argentina viene de algunos siglos en Occidente y está en discusión en distintos lugares del mundo, es un diseño que está sustentado en la división de funciones del poder en el equilibrio y la autonomía de cada uno de los poderes, pero ya los especialistas en materia jurídica vienen estudiando desde hace décadas el hecho de que hay actividad administrativa del Poder Judicial, el Poder Judicial gestiona sus recursos y ante los recursos tiene una tarea administrativa pero también una actividad política porque los fallos tienen un contenido político y también hay una actividad del Poder Ejecutivo que incide en el Poder Judicial.

 En Buenos Aires nosotros tenemos la selección de los magistrados judiciales que es responsabilidad de un cuerpo y la cesantía o el egreso de los magistrados judiciales responsables de otros cuerpos, el primero es el Consejo de la Magistratura y el segundo es el tribunal de enjuiciamiento. En ambos hay participación del segmento político, de diputados o senadores o del Poder Ejecutivo. En la matriz misma del Poder Judicial está encarnada la presencia del Poder Ejecutivo, en un esfuerzo de darle equilibrio institucional al sistema y lo mismo sucede con el legislativo porque las leyes que tienen que ver con el ejercicio del Poder Judicial inciden en el Poder Judicial. Es decir que la estructura que se diseñó hace siglos se ha venido perfeccionando.

¿Cómo se devuelve credibilidad al sistema de justicia?

“Es un trabajo arduo, el Poder Judicial en todas las encuestas de opinión sobre la calificación de las instituciones suele estar en el tercer o cuarto lugar y esto obedece a muchas razones. Yo tengo la suerte de haber sido profesional de la abogacía 30 años y luego haber ingresado al sistema judicial de manera que puedo contar la experiencia desde la clase de Clínica Médica y dentro del quirófano tocando las vísceras porque estoy dentro”.

Nosotros tenemos una tarea muy ardua, en el Ministerio Público de acompañamiento y protección de nuestros fiscales en la faena que tienen que llevar adelante donde tienen una presión de la opinión pública, de los medios y de otros integrantes o tienen la responsabilidad del manejo de drogas.

¿Lo que pasó en Rosario puede llegar a extenderse a otras provincias en el país?

Se lo respondo de la siguiente manera hace cinco años, fue el año anterior a la pandemia, se hizo un congreso, todos los procuradores del país integramos un Consejo Federal de Procuradores y un Consejo Federal de política criminal, ese Consejo Federal realiza actividades anuales, una de ellas es un congreso sobre materia de estupefacientes, en ese momento se hizo en Santiago del Estero y había invitados extranjeros, yo tenía a mi derecha un ex fiscal de alto nivel dentro del sistema mexicano. Me dijo – nosotros hemos pasado por todas las etapas, hay una etapa que es la etapa previa a la etapa irreversible. No eran las palabras exactas, pero el concepto es este, es la etapa en la cual los integrantes del Estado en cualquiera de sus poderes o todos sus poderes, los periodistas, los empresarios, empiezan a tener presiones económicas por parte de del crimen organizado y en función de eso empiezan a incidir en los mecanismos. El problema no es cuando un fiscal, un periodista, un empresario o un legislador es empleado del narcotráfico, sino cuando integran el narcotráfico, cuando el Estado está dentro, desde ahí no se vuelve”.