- 14/04/2023
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¿Ópera o comedia musical?

¿Alguna vez se ha preguntado la diferencia entre una ópera y una comedia musical? ¿Cuál de las dos es mejor musicalmente? ¿Cuál de los dos géneros es más atractivo para ver un fin de semana? ¿Cuál requiere mayor técnica de los cantantes? ¿Cuál de las dos es más “erudita”? Podríamos seguir con los interrogantes, pero, veamos…
Según el diccionario de la Real Academia Española, Ópera es “una obra dramática musical cuyo texto se canta, total o parcialmente, con acompañamiento de orquesta”. Por su parte, una acepción común de Comedia Musical (o Teatro Musical) es “una forma de teatro que combina música, canciones, diálogos y bailes para contar una historia”. De ambos géneros podemos encontrar antecedentes desde el siglo XVI. Antes de continuar, deseo aclarar que cuando me refiero a Comedia Musicales, no necesariamente hablo de las que han sido llevadas al cine.
Siguiendo el hilo de las comparaciones, si en ambas existe un argumento, en ambas se canta y ambas tienen acompañamiento musical, ¿cuál es la diferencia? ¿Cuál es mejor?
-En la ópera lo importante es el canto y no se habla. No es totalmente cierto. Existen muchas óperas en las que hay diálogos sin canto (singspiel).
Según Anthony Tommasini, crítico musical del New York Times, en la ópera lo importante es la música, no tanto el texto. Con saber el argumento general es suficiente para comprender, aunque no se entienda bien lo que canta el solista. Particularmente disiento. Tanto en la ópera como en la comedia musical, es importante comprender lo que se expresa. Sí es cierto que, si escuchamos algunas arias o canciones famosas, en forma individual, podemos embelesarnos con la belleza de su melodía, pero en ese caso no asistimos al espectáculo completo.
-Ah, pero en la Ópera no se baila. Lo importante es el canto. ¿De verdad? Juraría que en Aída (Verdi), Guillermo Tell (Rossini), Tannhauser (Wagner), Sansón y Dalila (Saint-Saëns), por nombrar algunas, tiene partes de ballets más que importantes.
– Quien va a ver una ópera va en busca de “música seria”, con un argumento importante y quien ve comedias va en busca de algo más “liviano”. Ahí sí que estoy totalmente en desacuerdo. Varias óperas son bastante divertidas. Mozart es un buen ejemplo (Las Bodas de Fígaro, Un Rapto en el serrallo, etc.) y, por otra parte, Los Miserables o El Fantasma de la Ópera no tienen nada de divertido. Eso sí, todas son musicalmente extraordinarias.
– Los cantantes de ópera pueden cantar comedias, pero los cantantes de éstas no tienen la técnica para cantar ópera. Puede ser. Yo creo que son formas de cantar diferentes, ninguna mejor que la otra, pero diferentes. Un buen ejemplo que interpreta tanto ópera como comedias, es la famosísima Sarah Brightman.
Para terminar, para mí ningún género es mejor que el otro. Son sencillamente distintos. Y creo que el público en general escucha ambos géneros sin ningún tipo de pruritos. Como en todos los órdenes de la vida, hay gustos para todo. Habría que preguntarse, en pleno siglo XXI, si actualmente se escriben más óperas o comedias musicales. Podría sorprendernos la respuesta.
Antes de despedirme voy a sugerirle algunas comedias musicales que, para mí, por lo menos deberían escucharse una vez en la vida. Comenzaré con Jesucristo Superstar, de Andrew Lloyd Weber. El autor la denominó “ópera rock”. Sin entrar en cuestiones religiosas, la música es estupenda.
El Fantasma de la Ópera
Cats
We side story (Amor sin barreras)
Y muchas más.
(*) Director del Coro Vocacional
Fuente: Nuevo Mundo, edición 688 del 13 de abril de 2023