- 13/04/2023
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Implicancias de la crisis migratoria que intenta atajar Italia

Semanas atrás tratamos en esta columna un nuevo y triste capítulo de la lucha que libran los migrantes para llegar a una vida mejor; lucha que la mayoría de las veces termina con la muerte en el mar mediterráneo.
En las últimas horas, Italia, una de las principales economías de Europa, ha decidido atajar el problema con una medida drástica y su Consejo de Ministros ha decretado el «estado de emergencia nacional migratorio» durante los próximos seis meses. Esto a raíz del desembarco en las costas italianas de más de 3.000 personas en los últimos tres días.
Este estado de emergencia funcionará como una figura legal que permitirá al gobierno saltarse pasos y trámites en la gestión de la migración, como acelerar el proceso de acogida a los inmigrantes que cumplan los requisitos y la identificación y expulsión de los que no tengan derecho a permanecer en el país y tengan que ser repatriados a sus estados de origen; también dará más poder de decisión a los alcaldes y presidentes regionales de las zonas más expuestas al flujo migratorio, como Sicilia o Calabria.
Fuentes del gobierno informan que el fenómeno migratorio ha crecido en un 300% en los últimos años, acentuado por dos eventos puntuales (la pandemia y la guerra en Ucrania) que empobrecieron a millones de personas e hicieron que la brecha de desigualdad creciera a pasos agigantados. Además, se añade que hay consciencia de que esto no resolverá el problema, sino que se necesita una intervención convincente de la Unión Europea en su conjunto.
El gobierno ultra conservador, en la voz del vicepresidente del ejecutivo, Matteo Salvini, prometió en todas las regiones la apertura de nuevos CPR (Centro de Permanencia para los Repatriados) que facilitarán la identificación y deportación de los migrantes, además de un endurecimiento de la política migratoria: «es crucial que Europa despierte e intervenga. Es hora de demostrar que existe una Unión, y que la solidaridad no es solo responsabilidad de Italia, España, Grecia o Malta, porque con 1.000 llegadas al día somos absolutamente incapaces de apoyarlas económica, cultural y socialmente. Si Europa está ahí, ya que somos contribuyentes netos de miles de millones de euros al año, es hora de demostrarlo, porque no podemos hacerlo solos».
En la última semana, han llegado a Italia más de 3.000 migrantes y los guardacostas han socorrido a numerosas embarcaciones en el Mediterráneo Central, al igual que distintas ONGs dedicadas a este tipo de operaciones humanitarias. Las llegadas a Italia han superado las 31.000 desde el inicio de 2023, casi cuatro veces más que las cerca de 8.000 de 2022, con 3.002 migrantes en los últimos tres días, y un récord de 1.389 el pasado viernes 7 de abril. Esta medida puede traer tela para cortar, sobre todo para aquellos países que por proximidad geográfica reciben grandes números de migrantes; números que, al final, hablan del deseo de vivir y de tener un futuro digno, sin contar a los que han perdido la vida en el intento.
Fuente: Nuevo Mundo, edición 687 del 12 de abril de 2023