Adiós a la histórica neutralidad

Por Mariano Eiben –

Luego de años de arduas negociaciones, bloqueos, poder veto y hasta lucha contra la tradición, Suecia, uno de los países más frugales del mundo ha abandonado la neutralidad histórica que ha marcado su desandar en los conflictos de la humanidad en la época moderna.

El Parlamento de Hungría ha aprobado un proyecto de ley para permitir que el país nórdico se una a la OTAN, allanando así el camino para su adhesión tras dos años de bloqueo. La propuesta salió adelante con 188 votos a favor y 6 en contra, con lo que Suecia se convertirá en el 32º miembro de la organización.

La noticia ha sido celebrada por el gobierno sueco con un posteo en X: «Los parlamentos de todos los Estados miembros de la OTAN han votado ahora a favor de la adhesión de Suecia al organismo. Suecia está dispuesta a asumir su responsabilidad en materia de seguridad euroatlántica.» Asimismo, el Secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg declaró: «Suecia nos hará a todos más fuertes y más seguros.»

Suecia y Finlandia (otro país tradicionalmente neutral que logró su cometido el pasado 4 de abril) solicitaron la entrada en la organización en mayo de 2022, tres meses después del inicio de la invasión de Rusia a Ucrania. En la cumbre de la OTAN celebrada en Madrid ese mismo junio, se acordó invitar formalmente a ambos países nórdicos, lo que obligaba a su ratificación por los 30 miembros existentes. Esto se da en el contexto de mayor debilidad de Ucrania en la guerra contra Rusia, con escasez de municiones y pocos avances en el frente de combate desde hace tiempo.

En el ámbito político, el primer ministro de Eslovaquia, Robert Fico, ha vuelto a declarar que su país bloqueará la entrada de Ucrania en la OTAN «para evitar la Tercera Guerra Mundial.»

Fico ha insistido en que Eslovaquia dejará de suministrar armas de sus arsenales a Ucrania, pero sí permitirá la venta de ese material por parte de empresas eslovacas de defensa. También ha defendido que Ucrania entre en la Unión Europa si cumple las mismas condiciones que los demás países y que va a presentar un nuevo paquete para Kiev, pero que solo consistirá en ayuda humanitaria.

Antes del cambio de gobierno del pasado octubre, Eslovaquia era uno de los más firmes defensores dentro de la Unión Europea de la entrega de ayuda militar a Ucrania, pero entrada la guerra se produjo un cambio rotundo en su política exterior con más buenos ojos hacia Rusia; además, el actual gobierno defiende posturas contrarias a la migración y a los derechos de las personas LGBTI.

Robert Fico es un populista socialdemócrata que logró aglutinar en su gobierno de coalición miembros tanto de extrema derecha como de extrema izquierda, lo que ha encendido las alarmas en el resto de países de conforman el bloque y ha causado que Eslovaquia no goce hoy de buena reputación entre los socios, tanto así que SMER, su partido, vio suspendida su militancia por parte del Partido de los Socialistas Europeos.

Más de dos años de guerra y el tire y afloje continúa, pero ahora en un momento más crítico del conflicto y con una clara debilidad de Ucrania, el país invadido.

Fuente: Publicado en Nuevo Mundo, edición 876 del 28 de febrero de 2024