Debemos superar la repitencia

Por María Eugenia Gutiérrez (*)

Comenzamos con la segunda parte del año en las escuelas, volvemos con un panorama sobre el avance de los aprendizajes de los alumnos y con cierta evidencia de los que no estarían hasta el momento aprobados. Este es el momento propicio para aplicar todas las estrategias o mecanismos certeros y focalizados donde se atienda a las causas o las diferencias, si las hubiera, que entorpecen el avance en los aprendizajes de cada uno de los estudiantes, como identificar problemas de comprensión lectora, resultados de las diferentes evaluaciones y actuar de manera rápida y esperanzadora con respecto a evitar la repitencia y lo que puede suceder posteriormente, en este caso, el abandono escolar.

Se han aplicado diferentes medidas y nuevas normativas para frenar la repitencia en las Instituciones Educativas, facilidades dadas por el Gobierno, flexibilizando (algunas en el marco de la excepcionalidad) la repitencia para que no abandonen prematuramente y culminen los años obligatorios de Educación.

También es necesario pensar o debatir condiciones de repitencia relacionándola con la calidad educativa y el aprendizaje. En este sentido, según Guillermina Tiramonti, investigadora del área de Educación de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), “En las estadísticas de evaluaciones internacionales y nacionales, el porcentaje de estudiantes del último año de la secundaria ubicados por debajo del nivel básico de desempeño fue mayor entre quienes repitieron al menos una vez respecto de quienes no lo hicieron”.

Puede que, como opinan algunos expertos, la repitencia no sea una solución. En este sentido, es necesario enfocarse en metodologías alternativas que representen la concepción de conocimiento actual, dejando de lado la tradición de enseñar lo mismo, al mismo ritmo, al mismo grupo; ya que los intereses que tienen actualmente los estudiantes nos exigen una contundente revisión, regulando el proceso de «recuperación de saberes» para ellos, logrando que aprendan lo básico, sobre todo en Lengua y Matemática.

Pueden contribuir como estrategias pedagógicas en esta etapa de recuperar lo aprendido, el acompañamiento, quizás en horarios extraordinarios, la motivación, la evaluación continua del proceso, la inclusión de docentes de apoyo y la selección de aprendizajes prioritarios.

Es preciso lograr un cambio significativo, reconocer que el Sistema Educativo es complejo y es parte de un sistema más amplio y que es necesario trabajar y enfocarnos en colaboración con otros actores para lograr un cambio profundo, sin dejar pasar este momento del calendario escolar donde tenemos posibilidades de tomar decisiones que tengan presente el contexto cultural y social de los alumnos con los que se trabaja y emprender con las herramientas y estrategias necesarias apuntando al aprendizaje y a la retención de los estudiantes.


(*) Docente, exsecretaria de Educación


Fuente: Nuevo Mundo, edición 755 del 24 de julio de 2023