- 29/10/2024
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Así operaba la banda de motochorros VIP que cometió más de 20 robos en pocos meses

Con un modus operandi sistemático, los delincuentes elegían sus objetivos y ejecutaban los robos en cuestión de minutos, utilizando armas y vehículos para lograr una rápida fuga.
Una banda de motochorros, cuyos integrantes se encuentran detenidos y en prisión preventiva, mantenía en vilo a los sanjuaninos con una serie de robos y ataques a mujeres en plena vía pública. La estrategia de estos delincuentes era simple pero efectiva: se movían en motocicletas y un automóvil Ford Focus, seleccionaban cuidadosamente a sus víctimas, y aprovechaban el momento oportuno para arrebatarles sus pertenencias.
La investigación judicial reveló que el grupo, compuesto por Santiago Valdez, Enzo “El Chonono” Sánchez, Matías Cortez y Lucas Araoz, actuaba bajo una estructura organizada. Estos delincuentes tenían el respaldo de dos cómplices, actualmente prófugos, que completaban el circuito delictivo. Su método se basaba en elegir mujeres al volante, especialmente aquellas que conducían vehículos de alta gama o aparentaban ser de buena posición económica. Sus ataques ocurrían en esquinas con semáforos o frente a las viviendas de las víctimas, donde contaban con el tiempo y espacio para actuar.
Uno de los puntos fuertes del modus operandi de la banda era su logística y rapidez. Generalmente, el ataque comenzaba cuando las mujeres detenían su auto en un semáforo o al estacionar frente a su hogar. En ese instante, uno de los delincuentes se abalanzaba para arrebatarles la cartera, mientras que otro, en una motocicleta o el Ford Focus negro, permanecía cerca para la fuga. El uso de armas –en algunos casos de fuego y en otros cuchillos– servía para intimidar a sus víctimas y minimizar cualquier resistencia.
Una de las víctimas, la madre del ministro de Salud, Amílcar Dobladez, fue atacada en la puerta de su casa en Rivadavia. Apenas descendió de su vehículo, uno de los motochorros la arrastró violentamente hasta quitarle su cartera, que contenía una suma importante de dinero y su celular. Este caso en particular se trató de un robo al voleo, ya que los motochorros se movían observando el entorno hasta detectar a alguien vulnerable.
En la casa de Cortez, considerada la “base de operaciones”, encontraron múltiples evidencias que delatan la magnitud de sus actividades: tarjetas de crédito y débito robadas, billeteras y hasta terminales de cobro de la tarjeta Naranja X, que utilizaban para transferencias a cuentas de familiares. De este modo, lograban capitalizar rápidamente el botín y, al mismo tiempo, eliminar evidencias. Cortez, con antecedentes por robo, admitió que compraba tarjetas robadas, pero negó tener participación directa en los asaltos.
Según la fiscalía, el grupo cometió al menos 22 delitos entre agosto y octubre, incluyendo 16 robos (algunos de ellos agravados) y varias estafas mediante el uso de tarjetas robadas. La cantidad de pruebas acumuladas llevó al juez Andrés Abelín Cottonaro a dictar prisión preventiva por seis meses para los detenidos, asegurando así que la investigación pueda avanzar sin interferencias.
Esta banda de motochorros no solo impactó por la violencia de sus ataques, sino también por la organización y la facilidad con la que lograban deshacerse de las evidencias.