Algunos réquiems famosos

Por José Domingo Petracchini (*) –

La palabra Réquiem, en latín significa descanso. Está extraída de la frase «Requiem æternam dona eis, Domine, et lux perpetua luceat eis» (Dáles el descanso eterno, Señor, y que brille para ellos la luz perpetua»). En la liturgia Romana, un Réquiem es una Misa de difuntos, que se reza inmediatamente antes de la sepultura. También es celebrada por otras religiones cristianas como la Anglicana y la Ortodoxa. ¿Qué diferencia hay con una Misa común? La 1era es que en el Ordinario de la Misa (los rezos que no cambian durante todo el año), se omiten el Gloria y el Credo. La 2da es que en el Propio de la Misa (los textos que varían diariamente según la celebración y/u ocasión), se le agregan textos específicos para orar por los difuntos.

A lo largo de los siglos, diversos compositores han musicalizado estos textos, creando obras extraordinarias. Algunas de ellas, aún hoy se interpretan asiduamente.

Sin ninguna duda, el Réquiem más famoso es el de Wolfgang Amadeus Mozart (1756- 1791) en re menor. Mucho se ha escrito sobre esta obra y mucho se ha fantaseado también, especialmente a partir de la película Amadeus. Lo cierto es que a esta obra se la encomendó el conde Franz von Walsegg pero a través de un emisario. Walsegg tenía por costumbre encargar obras a compositores de renombre, pagándoles muy buen dinero, para luego hacerlas pasar como propias. En el caso del Réquiem era para homenajear a su joven esposa fallecida. Mozart, que ya se encontraba enfermo y acosado por las deudas, aceptó el pedido, pero murió antes de terminarlo. Su esposa le encargó a uno de sus alumnos, Franz Xaver Süssmayr, que completara la obra para poder cobrar el dinero ofrecido por el conde. Algunos historiadores sostienen que Mozart, antes de morir, llegó a darle algunas indicaciones a Süssmayr de como terminarla, pero de ninguna manera a Salieri como muestra la película Amadeus. La siguiente versión, además del texto, posee algunas explicaciones.

Réquiem en do menor de Luigi Cherubini (1760- 1842). Cherubini nació en Florencia pero a los 27 años se radicó en París hasta su muerte. Tuvo un período en que su situación financiera lo hizo dejar la música para dedicarse a la pintura y a la botánica. Retomando su rol de músico, en 1815 compuso el Réquiem en homenaje a Luis XVI de Francia, 23 años después de su muerte. La obra tiene la particularidad, entre otras cosas, que no lleva solistas. Solamente orquesta y coro. Fue estrenado en 1817. En 1836 escribió otro Réquiem, para coro masculino, para ser ejecutado en su propio funeral.

Un Réquiem alemán de Brahms (1833- 1897)- Estrenado en forma completa en 1868, fue escrito para coro, orquesta y soprano y barítono solista. Brahms lo llamó Réquiem, pero es una mezcla entre cantata y oratorio. No se basa en absoluto en la liturgia romana sino que son fragmentos del Antiguo Testamento. El idioma no es el latín sino el alemán.

Réquiem de Verdi (1813- 1901)- Fue escrito para coro, orquesta y cuarteto solista. Fue concebido en honor de su amigo Alessandro Manzoni y estrenado en el primer aniversario de la muerte de éste en 1874. El Libera me Domine, fue extraído de la”Misa para Rossini” que Verdi había compuesto junto a otros autores.

Réquiem de Andrew Lloyd Weber (1948- ). Lloyd Weber es el autor de, por nombrar algunas obras, Jesucristo Superstar, Cats, Evita y El Fantasma de la Ópera. Escribió su Réquiem para coro, orquesta, soprano solista, tenor solista y voz de niño solista. El estreno fue en 1985 actuando como solista soprano su, entonces esposa, Sara Brightman. El tenor fue Plácido Domingo y la voz infantil el niño Paul Miles-Kingston (hoy tenor solista y profesor de música). Todos bajo la dirección del genial Lorin Maazel (1930-2014). La obra tiene la estructura convencional del Réquiem católico. Es frecuentemente ejecutada, pero sin duda su número más popular es el Pie Jesu que ha sido interpretado en forma individual por numerosos artistas.

(*) Director del Coro Vocacional de San Juan

Fuente: Nuevo Mundo, edición 702 del 4 de mayo de 2023